La lepra es una enfermedad bacteriana que puede tener un profundo impacto en la vida de los pacientes. Esta condición está lejos de erradicarse, y se estima que cada año 200.000 personas enferman de lepra en todo el mundo.
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Lepra
La lepra es una enfermedad bacteriana e infecciosa crónica, también conocida como “enfermedad de Hansen”. Esta condición afecta el sistema nervioso periférico, los tejidos, la piel y los órganos. Es una de las enfermedades más antiguas que aún existen en el mundo en la actualidad. Aunque se conocen las causas, a la fecha la lepra aún representa un verdadero desafío para la salud pública, especialmente en los países más pobres del mundo, donde la enfermedad está particularmente presente y extendida.
La lepra es causada por bacterias de crecimiento lento (Mycobacterium leprae o Mycobacterium lepromatosis), y puede causar numerosos síntomas, incluidas malformaciones evidentes, que afectan a las extremidades, la piel, la mucosa nasal y los ojos.
Pero, ¿cómo se contrae la lepra? ¿Y cuáles son los síntomas de la enfermedad?
Veamos las características de esta condición, desde las causas a los síntomas, hasta el tratamiento más efectivo para limitar y reducir el riesgo de consecuencias graves.
Lepra: causas
La lepra es una enfermedad de origen bacteriano, más precisamente causada por el bacilo Mycobacterium leprae.
El contagio puede ocurrir, como sucede a menudo, a través de la exposición a fluidos corporales, como la saliva y las secreciones emitidas por una persona infectada.
En el pasado se creía que la lepra era una enfermedad altamente contagiosa con efectos devastadores. Hoy sabemos que esta condición no solo se puede tratar con éxito si se detecta a tiempo, sino que también sabemos que el contagio no es tan inmediato como siempre se ha pensado.
De hecho, es necesario un contacto muy estrecho y prolongado con el enfermo para que la bacteria pase de un sujeto a otro.
Además de de persona a persona, la lepra también puede ser transmitida por animales, y más precisamente por armadillos, que hoy en día se consideran la única fuente de contagio además de los humanos.
La bacteria que causa la lepra tiene un período de incubación muy largo, por lo que los signos de la infección pueden aparecer no antes de 5 a 7 años o incluso 20 años después de la infección.
Clasificaciones
La OMS ha clasificado la enfermedad de Hansen en dos formas, multibacilar y paucibacilar, dependiendo del número de lesiones reportadas por los pacientes.
- Lepra multibacilar: la enfermedad se presenta con 5 o más lesiones cutáneas o más de 1 compromiso nervioso o un frotis de piel positivo en cualquier sitio.
- Lepra paucibacilar: la enfermedad se presenta con menos de 5 lesiones cutáneas o sin afectación nerviosa, o con afectación de un solo nervio con un frotis de piel negativo en todos los sitios de infección.
Otras clasificaciones tienen en cuenta factores clínicos e histopatológicos.
Las diferentes formas de lepra incluyen la lepra manchada (caracterizada por lesiones hipopigmentadas), la lepra lepromatosa, que involucra muchos órganos del cuerpo, y la lepra tuberculoide, que se presenta con la formación de manchas violáceas, que pueden evolucionar a placas y pápulas. .
La forma tuberculoide también implica una reducción paulatina de la sensibilidad al calor, al dolor y al tacto en general, allanando el camino para el desarrollo de posibles lesiones y mutilaciones.
Lepra: síntomas
A menudo escuchamos sobre los efectos devastadores de esta enfermedad en el cuerpo, pero ¿qué es exactamente lo que causa la lepra? ¿Y cuáles son los síntomas que no deben pasarse por alto?
Después de la infección, la enfermedad puede tardar de 5 a 7 años o más antes de manifestarse. Los síntomas de la lepra pueden ser leves o severos, afectando diferentes partes del cuerpo y causando daño a órganos y nervios.
El primer síntoma de la lepra suele ser una sensación de entumecimiento como resultado del daño a los nervios. Posteriormente, el paciente experimentará otras quejas, tales como:
- Aparición de manchas, decoloración y lesiones en la piel que no cicatrizan al cabo de varias semanas
- Debilidad muscular
- Alteraciones de la visión
- Desarrollo de nódulos en la piel.
- Sensación disminuida: la persona se vuelve menos sensible al tacto, al dolor o al calor.
Posteriormente, pueden surgir otras complicaciones como:
- Cambios en la apariencia de la cara y el cuerpo.
- Pérdida de cejas o pestañas.
- Úlceras corneales, glaucoma y ceguera, que ocurren cuando los nervios faciales se ven afectados
- Dificultad en el funcionamiento de las extremidades o parálisis.
- Debilidad muscular
- Falla renal cronica
- Formación de úlceras en las plantas de los pies que tienden a no cicatrizar.
¿Cuál es la diferencia entre la peste y la lepra?
Algunas personas tienden a confundir la lepra con otra enfermedad igualmente conocida y muy temible, a saber, la peste.
En realidad, la lepra es una enfermedad mucho más antigua que la peste, considerada un auténtico flagelo desde la Edad Media.
Al igual que la lepra, la peste también es una enfermedad bacteriana e infecciosa, pero causada por la bacteria Yersinia pestis (la lepra en cambio es causada por Mycobacterium leprae).
Tanto la peste como la lepra a menudo se consideran erróneamente enfermedades del pasado, pero en ambos casos son en realidad condiciones que aún afectan a muchas personas, especialmente, pero no exclusivamente, a quienes viven en los países más pobres del mundo.
Diagnóstico
El diagnóstico de esta enfermedad se puede realizar sobre la base de los síntomas experimentados por los pacientes.
De hecho, la lepra comporta manifestaciones clínicas muy características y ciertamente fácilmente reconocibles.
La confirmación del diagnóstico se puede hacer examinando una muestra de tejido infectado (biopsia).
Tratamiento de la enfermedad de Hansen
¿Cómo se trata la lepra? Dado que es una enfermedad de origen bacteriano, la lepra se trata con terapia antibiótica, que consiste en la combinación de dos o más antibióticos (terapia multimedicamentosa).
Este tratamiento puede inhibir y bloquear la progresión de la enfermedad (evitando el agravamiento de los síntomas) y erradicar la causa, pero no puede curar las lesiones ya provocadas por la lepra.
Por este motivo es fundamental poder diagnosticar la enfermedad muy precozmente, con el fin de reducir el riesgo de complicaciones e incluso daños muy graves.
Además, dado que es una enfermedad difícil de combatir, el tratamiento con antibióticos debe continuar durante muchos meses o años, dependiendo de la gravedad de la situación.
Una vez iniciado el tratamiento, el paciente dejará de ser contagioso y podrá volver a su vida diaria y laboral normal.
Prevención
Desafortunadamente, no hay forma de prevenir la enfermedad con absoluta certeza, así como no existe una vacuna contra la lepra. La única manera de protegerse del riesgo de contagio es evitar tener un contacto prolongado y muy cercano con personas afectadas por la enfermedad no tratada.
Sin embargo, no es posible contraer la enfermedad de Hansen simplemente con un breve contacto casual con una persona afectada por la enfermedad.
¿Dónde existe aún la lepra?
Mucha gente cree que la lepra es una enfermedad del pasado, o una enfermedad que sólo se encuentra en los países más pobres del mundo. La enfermedad está muy extendida sobre todo en países tropicales y en vías de desarrollo, pero se puede decir que está lejos de erradicarse.
Cada año se producen unos 250.000 nuevos casos de lepra en el mundo, sobre todo en los países del Sudeste Asiático, África, Brasil, Indonesia e India, donde la tasa de contagios sigue siendo muy elevada.
En todo el mundo, aproximadamente 2 millones de personas están permanentemente marcadas con la enfermedad de Hansen.
En Italia, la lepra afecta a unas 7-9 personas cada año (150 en los Estados Unidos); se trata en su mayoría de personas que se han quedado en el extranjero, en países donde la lepra aún es endémica, o personas que vienen de esos lugares, y que ya habían enfermado en sus países de origen.
Lepra: efectos físicos y psicológicos de la enfermedad
Dada la gravedad de sus síntomas, la lepra puede tener importantes consecuencias físicas, psicológicas y sociales.
De hecho, esta condición implica daños en los nervios periféricos, lo que a su vez puede causar una reducción de la sensibilidad a los estímulos tanto táctiles como térmicos o al dolor.
Esto significa que es posible que el paciente no se dé cuenta de que se ha quemado, lesionado o cortado.
A la larga, las heridas continuas pueden causar úlceras y verdaderas mutilaciones, infecciones y deformidades del cuerpo.
Consecuencias psicológicas
Además de las consecuencias físicas, también hay que tener en cuenta las psicológicas y sociales.
Precisamente por las mutilaciones y deformidades que provoca la enfermedad, los pacientes pueden ser, de hecho, víctimas de un estigma social difícil de erradicar.
Aunque la lepra no es altamente contagiosa, y aunque rara vez es mortal, quienes la padecen suelen ser marginados, aislados y discriminados por la sociedad, lo que genera profundos malestares que afectan a la esfera psíquica y social.
Para hacer comprender el impacto de esta enfermedad, se ha establecido una jornada de sensibilización, el Día Mundial de la Lepra, que se celebra el último domingo de enero de cada año.
Bibliografía
https://www.cdc.gov
https://www.who.int
https://www.elsevier.es
https://www.niaid.nih.gov