El síndrome de Asperger es un trastorno generalizado del desarrollo y, por lo general, se considera una forma de autismo de alto funcionamiento en el espectro. La principal característica de las personas con Asperger es la dificultad para poder establecer interacciones sociales, pero este no es el único rasgo distintivo. Veamos cuáles son los otros síntomas y cómo reconocer el Síndrome de Asperger.
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Síndrome de Asperger, síntomas y causas
El síndrome de Asperger (AS) es un trastorno del desarrollo “generalizado”, una condición que en realidad es parte de una “categoría” más amplia conocida como “trastorno del espectro autista” (ASD). En comparación con este último, sin embargo, los síntomas parecen menos marcados o graves. Sin embargo, existe una dificultad más o menos evidente en el mecanismo de comunicación y en la capacidad de establecer relaciones sociales satisfactorias, debido a la presencia de deficiencias básicas en el campo de las habilidades sociales.
Una persona con Síndrome de Asperger suele tener unas características muy peculiares, que definiremos como “síntomas”.
Un sujeto AS puede prestar atención obsesiva a ciertos temas, o puede adoptar comportamientos repetitivos, puede hablar con una cadencia casi robótica, o puede tener dificultad para comprender las emociones de los demás.
Estas son solo algunas de las características que distinguen a este particular síndrome.
En este artículo veremos cómo se comporta un niño Asperger y cuáles son los síntomas en niños y adultos.
Síndrome de Asperger: ¿Por qué se llama así?
El nombre de esta condición fue propuesto por primera vez por la psiquiatra inglesa Lorna Wing, quien en 1981 definió así una condición médica examinada cuarenta años antes por su colega Hans Asperger.
Este último, un psiquiatra y pediatra austríaco, examinó a un grupo de niños que presentaban características muy particulares, como dificultades en la correcta interacción social y habilidades de comunicación, y una gama de intereses muy estrecha pero muy específica.
El psiquiatra ilustró las características de este síndrome ya en 1943, pero fue recién en 1994 que el Síndrome de Asperger fue reconocido oficialmente e incluido en el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) IV.
A lo largo de los años, hemos tratado de identificar con la mayor precisión posible cuáles podrían ser las causas y los síntomas del Síndrome de Asperger.
Desde un punto de vista etiológico, aún se necesitan nuevos estudios para identificar y definir las causas exactas de esta condición.
Síndrome de Asperger: causas
Como se anticipó, las posibles causas de esta condición aún no se comprenden completamente. Hasta la fecha, la teoría más acreditada vería la participación de múltiples factores, como los genéticos, hereditarios y ambientales.
El síndrome es más frecuente en hombres que en mujeres, con una proporción de 4:1. Probablemente sea por esta razón que rara vez se oye hablar de mujeres con síndrome de Asperger, mientras que se presta más atención a niños y hombres con este trastorno.
Según los estudios realizados hasta la fecha, la genética podría jugar un papel importante en el desarrollo del síndrome, pero también contribuyen otros factores como la edad avanzada del padre, la ingesta de ácido valproico (un fármaco anticonvulsivo) en el embarazo o embarazos demasiado cercanos entre sí.
Síndrome de Asperger: síntomas
Los síntomas del síndrome de Asperger en los niños pueden aparecer relativamente temprano. Ya en los primeros años de vida, un padre puede notar que el niño tiende a evitar el contacto visual o muestra poca emoción.
Alrededor de los 3 años, el niño con síndrome de Asperger, que recordamos, se enmarca dentro de los trastornos del espectro autista, podría manifestar los rasgos característicos de la condición.
A continuación, veremos más de cerca algunos de los primeros síntomas típicos del síndrome de Asperger en niños y adolescentes:
- Ausencia de contacto visual con el interlocutor.
- Tendencia a mostrar poca emoción: el niño puede no sonreír o reír, incluso cuando está feliz o jovial. Esto no quiere decir que no sienta estas emociones dentro de sí mismo, simplemente no las exterioriza.
- Hablar en un timbre plano y con una marcada ausencia de la melodía característica en el habla: esto suele ir acompañado de malas expresiones faciales o expresión.
- Tendencia a hablar de uno mismo y de sus intereses de forma a veces locuaz y repetitiva.
- Realizar los mismos movimientos repetitivamente.
- Dificultad para adaptarse a los cambios, incluso a los más triviales, como tener que consumir un alimento diferente para el desayuno.
- Dificultad en las interacciones sociales, debido a la poca empatía cognitiva y al no poder descifrar las emociones de los demás en función de las expresiones faciales o las inflexiones en el habla.
- Tendencia a tomar lo que se dice literalmente: el niño puede no entender chistes, metáforas, sarcasmos o juegos de palabras.
- Fuerte sensibilidad sensorial, que puede afectar tanto a la esfera táctil (ciertos tejidos pueden ser molestos), la visual (la intensidad de algunas luces puede causar molestias), la auditiva (no soportar algunos ruidos), la olfativa. La sensibilidad excesiva también puede relacionarse con la textura de algunos alimentos.
- Dificultad para entender cuándo una determinada cosa o evento puede causar vergüenza social.
- Dificultades para resolver problemas
- Movimientos torpes y, a menudo, descoordinados: la característica también persiste en adultos con síndrome de Asperger, que pueden caminar de forma descoordinada, con una forma de andar que, a simple vista, podría parecer “extraña”.
- Dificultad para poder hacer y mantener amistades.
- Sentirse agotado, tanto física como emocionalmente, después de tener interacciones sociales
- Tendencia a ver las cosas desde el propio punto de vista, de forma creativa y muy personal.
- Tendencia a ser muy honesto: en algunos casos, este rasgo podría causar problemas en las relaciones sociales.
- Capacidad para adherirse fácilmente a las rutinas, lo que podría ser muy útil en algunos contextos, como en el tratamiento psicoterapéutico.
- Alta propiedad del lenguaje.
Síntomas en adultos
La mayoría de las veces, cuando hablamos del Síndrome de Asperger, nos referimos a adolescentes y niños, pero esta condición crónica también continúa hasta la edad adulta, y puede presentarse con una serie de manifestaciones muy características.
Además de los que acabamos de destacar, los síntomas del Síndrome de Asperger en adultos también incluyen:
- Dificultad para manejar y resolver problemas.
- Falta de criterio
- Tendencia a no poder manejar las propias emociones, especialmente las más poderosas, como la ira o la tristeza.
- Dificultad para poder establecer y mantener relaciones interpersonales, que muchas veces deriva de la incapacidad, o poca habilidad, para regular las propias emociones y comprender las de los demás.
- Tendencia a evitar las relaciones interpersonales y sociales, por los puntos que acabamos de ver. Esto puede conducir a un mayor riesgo de aislamiento social, ansiedad y depresión.
- Trastornos del estado de ánimo: las personas con síndrome de Asperger tienen un mayor riesgo de desarrollar un trastorno del estado de ánimo. Se estima que uno de cada 3 adultos con AS experimenta depresión o ansiedad.
- Dificultad para encontrar y mantener un trabajo, debido a los problemas ya vistos en el ámbito de las interacciones sociales. A su vez, estas dificultades pueden afectar negativamente las relaciones con los superiores o compañeros
- Tendencia a tener pocos intereses, hacia los cuales la persona podría tener sin embargo un comportamiento obsesivo o repetitivo.
Síndrome de Asperger: apariencia física
Entre los síntomas “físicos” de esta condición, la posible presencia de:
- Dificultades de coordinación
- Tendencia a moverse torpemente.
- Articulaciones muy flojas
- Déficits en las habilidades motoras gruesas, que pueden manifestarse como una mayor dificultad para realizar ciertos tipos de deportes, como jugar a la pelota o andar en bicicleta.
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¿Cómo sabes si tienes el Síndrome de Asperger?
Algunas personas pueden tener el síndrome de Asperger sin saberlo realmente. Usualmente, sobre todo en épocas más recientes, esta condición ya se identifica en edad preescolar y escolar, desde la infancia.
Sin embargo, algunas personas pueden tener este síndrome y no ser conscientes de ello, o pueden especular pero nunca confirmarlo. En línea, es posible encontrar pruebas especiales para el Síndrome de Asperger, para evaluar si uno realmente cae dentro de la definición de esta condición.
Además de fijarse en los síntomas característicos, será necesario consultar a un psicólogo, psicoterapeuta o psiquiatra para determinar si una persona realmente entra en el espectro del trastorno.
Profesionales calificados podrán acompañarlo en cualquier procedimiento de diagnóstico.
Diagnostico y tratamiento
En la mayoría de los casos, el diagnóstico del Síndrome de Asperger, o más exactamente un diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA) altamente funcional, se realiza a la edad de 11 años. Para que esto suceda, generalmente se requiere la participación de un equipo multidisciplinario.
Si su hijo experimenta los síntomas que hemos visto anteriormente, primero hable con su pediatra. Este último le mostrará el camino correcto a seguir y podrá aconsejarle sobre los especialistas más adecuados, como un psicólogo, un pediatra del desarrollo o un psiquiatra.
Al ser una condición crónica, la EA no puede ser tratada definitivamente. Sin embargo, los numerosos avances en la materia han permitido apoyar y asistir a los sujetos, mejorando sus habilidades socioemocionales y de conservación.
Curiosidad sobre el Síndrome de Asperger
Se dedica un día especial de concientización a las SA, que cae cada año el 18 de febrero, en memoria del doctor Hans Asperger.
Muchas personas famosas, que se destacan en los campos de la ciencia, el entretenimiento, el cine y la literatura, tienen rasgos que tienden a ser atribuibles al síndrome de Asperger.
Entre estos recordamos a Mozart, Charles Darwin, Albert Einstein, Steve Jobs y Greta Thunberg.
Bibliografía
https://www.health.harvard.edu/newsletter_article/aspergers-syndrome
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK557548/
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/30736970/