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Emetofobia 10 consejos para superar el miedo a vomitar

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Supera tu miedo a vomitar con Emetofobia. Conozca 10 consejos que lo ayudarán a manejar y sobrellevar este trastorno de ansiedad. Obtenga el apoyo y la orientación que necesita para comprender qué desencadena su miedo y cómo reducirlo. ¡Encuentra alivio hoy!
Supera tu miedo a vomitar con Emetophobia. Conozca 10 consejos que lo ayudarán a manejar y sobrellevar este trastorno de ansiedad. Obtenga el apoyo y la orientación que necesita para comprender qué desencadena su miedo y cómo reducirlo. ¡Encuentra alivio hoy!

Emetofobia es un miedo a vomitar que afecta a muchas personas en todo el mundo. Puede ser una condición increíblemente debilitante, que puede tener un gran impacto en la calidad de vida y conducir a comportamientos de evitación significativos. Afortunadamente, existen pasos útiles que uno puede tomar para abordar este miedo y comenzar a reducir sus efectos en la vida diaria.

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Emetophobia: 10 consejos para liberarte de tu miedo a vomitar

Vómito: seis letras que pueden causar mucha ansiedad en los emetofóbicos. Presas del miedo excesivo a vomitar o de enfrentarse a los vómitos, las personas con fobia al vómito ven toda su vida afectada por este trastorno. Fobia inusual para algunos, la emetofobia debe tomarse en serio, sin embargo, sus consecuencias a veces conducen a un aislamiento excesivo y trastornos alimentarios. Entonces, ¿cómo te liberas de la emetofobia cuando solo pensar en eso te da náuseas?

En este artículo encontrarás diez consejos para superar tu miedo a vomitar.

¿Qué es la emetofobia (definición)?

La fobia a los vómitos se llama emetofobia. Es un miedo de pánico a vomitar. Puede ser el miedo irracional a vomitarse pero también el miedo a ver o escuchar a alguien vomitar. La idea de vomitar causa miedo. La idea misma de las náuseas también es problemática y angustiosa.

Emetophobia entra en la categoría de trastornos de ansiedad. Una fobia se define como un miedo irracional que resulta en una ansiedad excesiva sobre el peligro real involucrado. La fobia a los vómitos es un trastorno fóbico específico: está relacionado con una situación particular (también es el caso de la claustrofobia o la acrofobia).

Se ponen en marcha estrategias de evitación para sortear el miedo al vómito: no utilizar el transporte público, evitar las salas de espera, abstenerse de quedarse embarazada…

En caso de confrontación con el objeto del miedo, aparecen muchos síntomas, que van desde temblores, sudoración, pasando por hiperventilación hasta ataques de pánico en algunos casos.

¿Qué hacer para superar la fobia a los vómitos?

Para superar la fobia al vómito existen varios pasos y soluciones.

Aquí hay diez consejos a seguir para lograrlo:

  • Identificar los síntomas fóbicos
  • Diagnóstico de emetofobia
  • Iniciar un tratamiento
  • Relájate para controlar la ansiedad
  • Piensa en las causas del miedo a vomitar
  • Compartiendo tu sufrimiento con otros emetofóbicos
  • Expóngase gradualmente al objeto fóbico
  • Aliviar los síntomas rápidamente con TCC
  • Tratar la causa raíz
  • Limpieza de la memoria traumática con EMDR

Consejo #1: Identifique los síntomas de la emetofobia

Para superar su miedo a vomitar en público, es importante tomarse el tiempo para ver sus síntomas y el impacto que están teniendo en su vida hoy. De hecho, la gravedad y la intensidad de esta fobia son únicas para cada persona. Es también la persistencia del trastorno (desde cuándo dura) y la forma en que perjudica tu vida diaria lo que te guiará en esta primera etapa.

La ansiedad de vomitar o de ver a alguien vomitar: probablemente experimentará una enorme incomodidad al enfrentarse a ella y esto le provocará signos físicos como temblores, sudoración, mareos. A veces incluso sufres ataques de pánico.

Evitación:

Huyes de todas las situaciones que corren el riesgo de hacerte vomitar o confrontarte con el vómito. Este síntoma puede volverse demasiado incapacitante, especialmente si su miedo a vomitar lo obliga a restringir su dieta causando una pérdida de peso significativa o incluso deficiencias relacionadas con la desnutrición.
Esta evitación que provoca ansiedad lleva a algunas personas emetofóbicas a evitar todo contacto, o incluso a no salir durante la temporada de gastroenteritis.
Diariamente se eluden todos los lugares públicos de alto tránsito: sala de espera, transporte público, consultorios médicos, etc.

De ahí un miedo excesivo a las aglomeraciones en algunas personas: llevas siempre encima tu botiquín de primeros auxilios: chicles, antieméticos, gel hidroalcohólico… y si lo olvidas, el pánico se apodera de ti.

Cualquier salida (tiendas, restaurantes, etc.) o interacción social provoca una ansiedad que refuerza tu distanciamiento, lo que puede generar en ti ansiedad social: forzosamente, puedes sufrir un aislamiento en relación con este retraimiento relacional, que corre el riesgo de desarrollar otros asociados. síntomas como trastornos del estado de ánimo.

Quedar embarazada también se convierte en un motivo de gran ansiedad e incluso de rechazo, por miedo a las náuseas y vómitos que suelen presentarse al principio del embarazo. Imaginar al bebé regurgitando o vomitando es insoportable. Puedes rechazar todo consumo de alcohol y alejarte de los deportes, que pueden desencadenar ganas de vomitar.

Finalmente

La más mínima señal particular o inusual de su intestino lo llama y le causa ansiedad: un sonido de gorgoteo podría ser una advertencia de que se avecinan vómitos. Así que pasas mucho tiempo observando tu cuerpo. Poco a poco se va formando un círculo vicioso en el que te encierras, ya que tu fobia desencadena ansiedades que a su vez te provocarán náuseas.

Si los síntomas asociados a tu miedo a vomitar te provocan aislamiento, pérdida de peso, carencias o un importante sufrimiento psicológico, es fundamental buscar un diagnóstico profesional.

Consejo #2: Que te diagnostiquen emetofobia

Es importante que un profesional diagnostique tu fobia a los vómitos: puede ser tu médico, un psicólogo o incluso un psiquiatra. Probablemente sientas vergüenza por lo que estás pasando, pero es importante dejar ir la culpa porque no eres responsable de lo que te está pasando. Además, la emetofobia es una de las fobias frecuentes que la profesión médica suele tratar.

El diagnóstico te ayudará a reconocer la fobia que padeces. Además, te permitirá hablar sobre los trastornos de ansiedad, los mecanismos asociados y cómo funcionan. El tratamiento precoz de esta fobia facilita su recuperación.

La emetofobia te atrapa en una patología obsesiva que se desarrolla cada vez más a medida que pasa el tiempo.

El diagnóstico de emetophobia se basará en todos sus síntomas, que puede haber identificado previamente. Se analizará su impacto en tu calidad de vida diaria: cavilaciones, controles, rituales de lavado, restricciones alimentarias, ideas obsesivas, preocupación por el propio cuerpo, comorbilidades, trastorno obsesivo compulsivo, aislamiento, miedo excesivo a enfermar… En definitiva , todo lo que causa y resulta de este miedo al vómito.

Tu emetofobia probablemente te lleve a huir de los lugares médicos y a que ya no te sigan sobre tu salud, por eso es importante reconectar con el cuerpo terapéutico.

Hablar de tu trastorno fóbico con un profesional de la salud te dará indicaciones sobre posibles tratamientos naturales o farmacológicos.

Consejo 3: Comience el tratamiento de la emetofobia

La emetofobia a veces requiere tratamiento. Existen métodos naturales para reducir la ansiedad causada por la ansiedad anticipatoria.

En cuanto a la fitoterapia, se utiliza para aliviar estados de ansiedad con:

  • Aceites esenciales: la lavanda verdadera, la manzanilla romana o la mejorana con conchas serán ideales para inhalar o masajear en el plexo solar y las muñecas, diluidos en aceite vegetal.
  • Infusiones o cápsulas: la valeriana, la pasiflora, la melisa o incluso la rodiola tienen propiedades sedantes.
  • Las esencias florales y los complementos alimenticios también ayudan a reducir la ansiedad a largo plazo.

En todos los casos, es necesario buscar el consejo médico de un experto porque incluso los tratamientos naturales pueden interactuar con otros medicamentos o ciertas condiciones somáticas (un problema hepático, por ejemplo).
Si los síntomas de ansiedad causados por la fobia al vómito le están afectando fuertemente y le perjudican en la vida cotidiana, su médico puede prescribirle un tratamiento farmacológico a base de ansiolíticos que actuará directamente sobre su nivel de ansiedad.

Esta muleta química estará necesariamente asociada a la psicoterapia para poder rastrear el origen de tu fobia a los vómitos. Pero los ejercicios de relajación pueden limitar el uso de tabletas.

Consejo #4: Relájese para controlar la ansiedad

La relajación es una de las claves para calmar las ansiedades que genera la emetofobia.

La hipervigilancia provocada por la fobia al vómito deja poco margen mental: todo es motivo de preocupación, preocupación y anticipación para no tener que ser víctima del vómito.

Sin embargo, liberarse de su miedo a vomitar implica aceptar sus emociones, sus miedos y por lo tanto dejarse llevar. Para avanzar gradualmente hacia este estado, varias soluciones están a su disposición y residen principalmente en el acceso a la relajación.

Coherencia cardiaca

La coherencia cardiaca favorece la regulación de la frecuencia de los latidos del corazón que tiende a acelerarse en caso de ansiedad, provocando en algunos casos hiperventilación. Con coherencia cardíaca aprenderás a controlar tu respiración. Los efectos son rápidos (en unos diez minutos) y se mantienen a largo plazo. Esta práctica reduce el nivel de cortisol, una hormona defensiva.

Muchos ejercicios son posibles, como la técnica 365: 3 veces al día; 6 respiraciones por minuto (5 segundos inhalar, 5 segundos exhalar); durante 5 minutos.

Meditación de atención plena

Complementario a la coherencia cardíaca, te ayudará a anclarte en el momento presente animándote a desplegar tus sentidos para acoger todos tus estados emocionales, de forma neutra. Poco a poco dejarás de huir de lo que sientes, lo que también te permitirá reducir tus estrategias de evitación.

En ambos casos, si necesitas un apoyo que te acompañe en tus primeros momentos de práctica, hay muchas herramientas disponibles online: aplicaciones, vídeos o podcasts.

No dudes en probar diferentes formatos para encontrar el que más te conviene para aprender a relajarte.

Consejo 5: piensa en las causas del miedo a vomitar

Un shock emocional que causó un trauma puede haber desencadenado su fobia a los vómitos:

  • Haber presenciado una situación de asfixia por inhalación de vómito;
  • Haber sufrido episodios repetidos de vómitos durante la enfermedad o el tratamiento de quimioterapia;
  • Habiendo sido víctima de un ataque que provocó el reflejo nauseoso…
  • A veces era la crianza o el modelo paterno lo que llevaba al mimetismo cuando eras niño. Una fobia social puede condicionar la emetofobia: en este caso precisamente tienes miedo de que te observen, critiquen y juzguen si vomitas.

Para algunas personas, volver al origen de su fobia es obvio, para otras es más complicado. El trauma no siempre es aparente, algunos incluso están enmascarados por un recuerdo traumático.

En estas condiciones, el uso de métodos terapéuticos específicos te ayudará a volver a las raíces de tu fobia al vómito. Al compartir lo que está pasando con otros emetofóbicos, obtendrá nuevos recursos para pensar al respecto.

Bueno saber

Una fobia generalmente se desarrolla a partir de varios elementos. Miedo excesivo a las arañas o miedo desproporcionado a vomitar: el origen de las fobias está asociado a uno de los cinco miedos comunes a todos los hombres.

En el caso de la emetofobia, suele ser el miedo a la separación. También subyace el miedo a perder el control.

Consejo #6: Comparte tu dolor con otros emetofóbicos

La emetofobia ocupa un lugar desproporcionado y la encierra en un círculo doloroso, cuyo aislamiento alimenta la angustia. Probablemente te invada un sentimiento de vergüenza que te amuralla en el silencio y con el que es muy difícil vivir.

Si hablar de ello con quienes te rodean no es una opción en este momento, es importante que puedas compartir tu fobia a los vómitos con terceros solidarios que no te juzgarán.

Con este fin, ponerse en contacto con grupos de apoyo lo ayudará a alejarse un poco de su miedo al vómito. En primer lugar, tendrás la oportunidad de descubrir la historia de otros emetofóbicos: al conocer sus experiencias, podrás poner distancia con tu propia historia mientras buscas recursos internos en los que no necesariamente habías pensado. .

Transmitiendo lo que estás pasando, tus angustias, tus miedos, tus dificultades, pero también tus éxitos, adoptarás una nueva visión, además de obtener consejos y apoyo de personas que comparten el mismo sufrimiento a diario o que han pasado él.

Estos grupos de discusión, a veces organizados por asociaciones, pueden tomar la forma de foros privados en línea y le permiten mantener su anonimato. Una de las últimas ventajas es poder ser asesorado sobre las técnicas a aplicar para salir definitivamente de tu fobia a los vómitos.

Consejo #7: Expóngase gradualmente al objeto fóbico

Para lograr liberarse del miedo a vomitar, son útiles las técnicas de exposición gradual y desensibilización. En lugar de evitar y huir del objeto de la fobia, estos métodos consisten en ir afrontándolo poco a poco, aumentando progresivamente su duración e intensidad.

En primer lugar, puede ser cuestión de pensar en la palabra “vomitar” por primera vez, durante unos segundos y analizar los efectos sentidos, anotarlos y medirlos. Más allá de un simple enfrentamiento, observarás las consecuencias sobre tu estado físico y mental, así como su trascendencia.

A partir de entonces puedes cambiar los términos: imágenes, formato de audio, video e incluso situación real. Si te preocupa la idea de realizar este trabajo en solitario y prefieres aplicarlo en un entorno seguro, las terapias cognitivas y conductuales son la solución para liberarte del miedo al vómito.

Consejo #8: Alivie los síntomas rápidamente con TCC

Se ha demostrado que las terapias cognitivas y conductuales (TCC) tratan la emetofobia. Esta psicoterapia promueve la exposición gradual al objeto fóbico, lo que conducirá a la desensibilización del miedo a vomitar. El programa se adapta y personaliza a cada paciente: lo que se implementará para ti será diferente para otro individuo emetofóbico.

Este marco seguro también permite trabajar el tríptico pensamientos-emociones-comportamientos. De hecho, el practicante lo acompañará en la deconstrucción de patrones de pensamiento disfuncionales asociados con emociones negativas, para encontrar nuevas alternativas, lo que ayudará a modificar comportamientos problemáticos.

Las TCC son terapias breves, utilizadas en primera intención en el tratamiento de las fobias, porque ayudan a aliviar rápidamente los síntomas. Verás los resultados rápidamente, lo que te anima a continuar con esta psicoterapia hasta el final.

El sufrimiento psíquico estará menos presente y el regreso a una vida pacífica seguirá naturalmente. Pero es necesario no limitar el trabajo terapéutico al levantamiento de los síntomas: descubrir las raíces enterradas de la emetofobia es fundamental para superar definitivamente el trastorno.

Consejo #9: Aborde la causa raíz

En el fondo de tu fobia a los vómitos hay una causa en la que ya habías pensado antes. Pero si algunas personas tienen la capacidad de recordar con precisión qué evento desencadenó la fobia a los vómitos, para otras es más complicado. Sin embargo, si no aborda las raíces de su trastorno, la fobia persistirá e incluso puede mutar.

Debes saber que la fobia tiene una llamada función útil: su presencia te permite fijar tu ansiedad en ella, para poder seguir avanzando en tu vida sin colapso psíquico.

Lo que significa que esta ansiedad fóbica de alguna manera protege otro miedo, como la ansiedad por separación, que puede haber cristalizado antes de tus primeros ataques fóbicos. Y es aquí todo el trabajo terapéutico que se va a desarrollar, intentando volver al origen. Asimismo, identificar los beneficios secundarios relacionados con tu emetofobia es fundamental para reprogramarlos de una manera diferente.

Varios métodos son efectivos para este propósito:

La hipnosis ericksoniana es una excelente herramienta para lograrlo: te acompaña en el diálogo con tu inconsciente para eliminar bloqueos. Además de colocarlo en un estado entre la vigilia y el sueño, la hipnoterapia conduce a una relajación profunda, promoviendo el logro de un bienestar vital que ayuda a liberar los síntomas. La práctica regular de ejercicios de relajación ayuda a acceder a la forma hipnótica, pero ésta también se prepara en el marco de la relación terapéutica.

Las terapias de inspiración analítica son igual de útiles para rastrear el origen de la emetofobia. Esta psicoterapia, cuya herramienta es la palabra, fomenta la asociación libre de pensamientos, lo que lleva a establecer vínculos sobre diferentes elementos de su vida, como conflictos anteriores o emociones dolorosas.

Al aportar claridad y comprensión a fragmentos del pasado, podrá volver al origen del trastorno fóbico, pero también archivar ciertos defectos que esperaban ser apaciguados. Sin embargo, en caso de traumatismo subyacente, se debe recomendar otro enfoque: EMDR.

Consejo #10: Limpia la memoria traumática con EMDR

Para curar la emetofobia, a veces es necesario volver al trauma asociado, si existe. La limpieza de la memoria traumática se realiza con un terapeuta de trauma. La terapia de desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) es una técnica para desensibilizar y reprocesar la memoria traumática.

Consiste en hacer un rápido barrido de ojos frente a ti al mismo tiempo que la persona se reencuentra con el hecho traumático que ha vivido. Luego habla de lo que le viene, espontáneamente. Aquí también funciona el proceso de asociación libre: pensamientos, ideas, sensaciones, emociones… Cuando el recuerdo traumático ya no produce ninguna perturbación, la serie de simulaciones termina. EMDR es muy eficaz en el tratamiento de las fobias, especialmente en la curación de la fobia al vómito.

Bueno saber

Es posible liberarse del miedo a vomitar. Primero es fundamental tener diagnosticada la enfermedad, estar acompañada y guiada a nivel médico.

Las técnicas de relajación reducirán los estados de ansiedad de la vida cotidiana.

Hablar de su experiencia con otras personas emetofóbicas ofrece recursos útiles, sin embargo, volver a la fuente de la fobia sigue siendo la forma más efectiva de superarla y evitar recaídas.

Bibliografía

https://en.wikipedia.org/wiki/
https://www.healthline.com/health/
https://adaa.org/understanding-anxiety/specific-phobias/fear-of-vomiting
https://www.verywellmind.com/fear-of-vomiting-or-emetophobia-2671857

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