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Violencia Doméstica 6 Pasos Para Salir De Este Infierno

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Si enfrenta violencia doméstica, sepa que no está solo. Aquí hay 6 pasos para salir de este infierno y comenzar el proceso de curación. Obtenga la ayuda que necesita para construir un futuro seguro para usted y su familia.
Si enfrenta violencia doméstica, sepa que no está solo. Aquí hay 6 pasos para salir de este infierno y comenzar el proceso de curación. Obtenga la ayuda que necesita para construir un futuro seguro para usted y su familia.

La violencia doméstica es un problema que afecta a demasiadas personas. Nadie debería tener que vivir con miedo de su pareja o sufrir maltrato físico, emocional y psicológico. Desafortunadamente, quienes se encuentran en este tipo de situaciones a menudo se sienten impotentes e inseguros de cómo salir. Este artículo brinda 6 pasos para ayudarlo a comprender el ciclo de la violencia doméstica y tomar las medidas necesarias para liberarse de él.

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Violencia doméstica: 6 pasos para salir de este infierno

La violencia conyugal es la violencia ordinaria que afecta tanto a las mujeres como a los hombres, independientemente de su pertenencia a un grupo económico, social o cultural. Humillaciones, bofetadas, sarcasmos, puñetazos, hostigamientos, quemaduras, amenazas de muerte, violaciones, torturas, secuestros, apropiación de bienes… el infierno de la violencia doméstica se presenta de muchas formas.

El abuso de poder por parte del cónyuge agresor impide a la víctima librarse fácilmente de él. Sin embargo, es posible deshacerse de la influencia de un cónyuge violento, ya sea hombre o mujer. Nuestro artículo explora 6 pasos para lograrlo.

Resumen del artículo:

  • ¿Qué es la violencia doméstica (definición)?
  • 6 pasos para salir de las garras de una pareja abusiva
  • Identificar los signos de violencia doméstica.
  • Comprender los mecanismos psicológicos en la violencia doméstica
  • Romper el aislamiento establecido por el cónyuge tóxico al confiar
  • Denuncia y denuncia la violencia
  • Hacer un plan de salida del domicilio conyugal
  • Autocuidado y recuperación después de la violencia de pareja
  • ¿Cómo ayudar a una víctima de violencia doméstica?

¿Qué es la violencia doméstica (definición)?

La violencia intrafamiliar es aquella que se produce en la relación de pareja, perpetrada por uno de los cónyuges y lesionando intencionadamente la integridad del otro.

Se trata pues de actos, comportamientos y actitudes en la relación íntima y privada encaminados a dominar y controlar a la persona. La influencia del autor de la agresión provoca en la víctima un condicionamiento del que es difícil liberarse.

La violencia doméstica está penada por las leyes del código penal. No estamos hablando de disputas puntuales entre parejas o de violencia accidental, sino de prácticas brutales, que operan en ciclos y cuya recurrencia e intensidad aumentan con el tiempo, poniendo en peligro la vida de la víctima y, en ocasiones, de los hijos.

La violencia doméstica es un abuso de poder y confianza en el que uno de los miembros de la pareja utiliza la fuerza para controlar al otro. La igualdad y el respeto se ven obstaculizados por el cónyuge abusivo.

El conjunto de conductas utilizadas por el perseguidor en el abuso conyugal tiene como objetivo imponer su voluntad y dominar a la pareja mediante golpes y abusos, así como mediante amenazas, chantajes, humillaciones, denigraciones y coacciones.

6 pasos para deshacerte de la influencia de una pareja abusiva

Salir de la violencia intrafamiliar es posible y para lograrlo aquí encontrarás 6 pasos para guiar tu camino de la mejor manera:

  • Identificar los signos de violencia en la pareja;
  • Comprender los mecanismos psicológicos en la violencia doméstica;
  • Rompe el aislamiento establecido por el cónyuge tóxico confiando;
  • Declarar y tomar nota de la violencia;
  • Proporcionar un plan de salida del hogar conyugal;
  • Autocuidado y recuperación después de la violencia de pareja

Paso 1: identificar los signos de violencia en la pareja

Identificar los signos de la violencia doméstica es un primer paso para tomar conciencia del peligro que se vive en la pareja. Este trabajo crea conciencia sobre la situación y te ayudará a admitirla. Este es el comienzo del viaje para sacarte del infierno de la violencia que estás viviendo.

Reconocer la violencia de un cónyuge nunca es fácil, porque te confronta con una realidad insoportable. A menudo, la espiral de violencia es tal que poco a poco escala y como víctima, no sabes cómo reaccionar.

Las diferentes formas de violencia doméstica en una relación abusiva:

Abuso verbal:

Una voz que se eleva para intimidar, un grito para asustar, un tono particular para amenazar… tantas formas de usar la voz para marcar el control y el poder. El sarcasmo, los insultos y el bullying son verdaderas armas psicológicas que se utilizan verbalmente, especialmente cuando las parejas atraviesan un conflicto.

Abuso psicológico:

Se trata de denigrarte, chantajearte, hacerte sentir inútil e incompetente. Las actitudes son variadas, sin embargo los comentarios son generalmente humillantes y despectivos e incluso a veces se expresan en público, en tono humorístico.

El acoso

Es posible, así como las amenazas de suicidio. En algunos casos, el cónyuge emocionalmente abusivo mentirá y luego te culpará por esa mentira. Puede pasar de lo caliente a lo frío, y cuando todo parecía estar bien, sin motivo alguno experimentas de repente toda su ira y desprecio.

Abuso físico:

La brutalidad, las palizas, la coacción física no aparecen sistemáticamente en las situaciones de violencia doméstica. Sin embargo, cuando la esposa o el esposo violento no logra tener suficiente control sobre su pareja, o cuando ésta muestra demasiada independencia, el uso de la violencia física es un nuevo paso para su agresor. La violencia también se manifestará contra objetos (las paredes, los platos, las pertenencias de la víctima, etc.) o animales.

Violencia sexual:

La violación y la agresión sexual son parte de la violencia doméstica que puede estar experimentando. Tu pareja te obliga a tener relaciones sexuales bajo coacción. También puede obligarte a tener relaciones con otras personas o forzarte a ejercer la prostitución.

Violencia económica:

Esto es para hacer que la víctima sea totalmente dependiente. Estás privado de toda autonomía financiera, es tu pareja quien tiene el control de todos los recursos del hogar: no tienes acceso a cuentas ni medios de pago, no puedes disponer de tu salario ni de tus mesadas. Esta creación de dependencia financiera también se encuentra en el manipulador narcisista perverso en una pareja.

Ciberviolencia en la pareja:

Cada vez más frecuente en la violencia doméstica, tu pareja puede acosarte por teléfono, instalar spyware y controlar todos tus movimientos. Al cambiar ciertas contraseñas, esta persona también limita su recurso a los recursos administrativos y económicos. Estos actos son inmorales y altamente castigados por el código penal.

¿Cómo saber la diferencia entre una discusión de pareja y la violencia doméstica?

Los conflictos son ocasionales mientras que la violencia doméstica se caracteriza por:

  • su persistencia,
  • el efecto de miedo que provocan,
  • el impacto destructivo,
  • intención oculta de manipular y controlar a la víctima.

Los signos de abuso

Varias impresiones, emociones y sensaciones que experimentes deberían desafiarte y ayudarte a tomar conciencia de la situación tóxica y el abuso conyugal que estás viviendo.

  • Él o ella te ha abofeteado o te ha torcido las muñecas cuando está enojado.
  • Durante una discusión, él o ella robó tus llaves y papeles, y no podías salir de la casa, cuando solo querías tomar un poco de aire fresco.
  • Muchas veces te sentiste presionado a tener sexo con él o ella porque temías su reacción al negarse.
  • Alguna vez ha tenido lágrimas en los ojos como resultado de sus comentarios en público.
  • Ya no tiene derecho a utilizar la tarjeta bancaria de la cuenta conjunta.
  • Ves a tus seres queridos en secreto, porque a tu pareja no le gusta tu familia y encuentra tóxicos a tus amigos.
  • Te han engañado muchas veces.
  • Durante el coito él o ella te obligó a ciertas prácticas y no pudiste defenderte. Sufre de vaginismo u otros trastornos sexuales que pueden ser síntomas del trastorno de estrés postraumático, así como consecuencias directas de su trauma.
  • Saltas sin razón cuando alguien levanta la voz o se cierra una puerta.
  • Tienes la impresión de ser un inútil, has perdido toda confianza en ti mismo y ya no sabes cómo tomar una decisión sin su aprobación.
  • Él o ella amenaza con matarte.
  • Varias veces al día, escuchas sus gritos en tu cabeza. Hace rabietas porque los niños son demasiado ruidosos. Una noche te estranguló porque derramaste un vaso de agua, te desmayaste.
  • Tienes miedo de expresarte. Tienes la sensación de que ya no tienes una opinión o una opinión.
  • Ha perdido peso, o come mucha comida para calmar sus emociones (alimentación emocional), recurre al alcohol o sustancias para calmar sus sentimientos. Sientes vergüenza. Te sientes culpable por no lograr imponerte. Ya no sonríes, solo cuando él te lo exige. Tiene pensamientos suicidas.
  • Temes por tu vida.

Estos ejemplos de violencia y sentimientos no reflejan necesariamente la realidad por la que estás pasando.

Pero si algunos de ellos te desafían o te cuentan hechos que vives a diario en tu hogar, entonces probablemente eres víctima de violencia doméstica.

Paso 2: comprender los mecanismos psicológicos en la violencia doméstica

La violencia intrafamiliar responde a muchos mecanismos que es necesario identificar para facilitar la separación de la pareja maltratadora. De hecho, conocerlos promueve la comprensión de algunas de sus funciones, así como la conciencia de la situación.

Ciclos de violencia doméstica

La violencia doméstica ocurre en ciclos. Al principio de la relación, hablamos de escalada porque todo está bien, luego, poco a poco, la tensión sube por nimiedades. Harás todo lo posible para apaciguar la exasperación de tu violento compañero y anticiparte a sus necesidades cumpliendo con sus demandas.

Entonces es la explosión: se produce la violencia. El verdugo justifica entonces su descontrol, como si no pudiera evitarlo: “es más fuerte que yo”. Te sientes impotente, por dentro estás destruido.

Luego viene la transferencia, es decir que tu pareja te hará culpable del episodio de abuso: hablamos de inversión de culpa. Para detener la violencia, entonces asumes la responsabilidad de la situación, con la esperanza de que cambie.

La luna de miel viene después: tu pareja expresa pesar aunque minimice los hechos, busca tu clemencia y promete no volver a hacerlo. Vuelve a ser ejemplar y amoroso y lo perdonas al redescubrir al hombre oa la mujer que amas.

Este es el momento crucial para él: el que te hace volver a casa, abandonar a tus amigos o retirar tu denuncia. También es el período más incomprendido y malinterpretado por quienes te rodean. Sin embargo, el agarre se multiplica por diez y tu umbral de tolerancia a la violencia aumenta.

Se establecen mecanismos adaptativos en la víctima.

Se instalan en la víctima mecanismos adaptativos para protegerse psíquicamente, como la indefensión aprendida, que consiste en la reducción de su capacidad de encontrar una solución.

El deseo de salir desaparece. La disociación psíquica que opera en el entorno traumático alterará la identidad, la conciencia y la memoria. El umbral de tolerancia aumenta hasta el punto de que la violencia pasa a ser considerada normal, mientras que el miedo a dejar la relación te inmoviliza: tienes miedo a las consecuencias: ¿qué pasaría si no te dejaras llevar? ¿Qué pasaría si te fueras?

¿Por qué es difícil irse?

Las víctimas de violencia doméstica se encuentran atrapadas entre el deseo de existir, de vivir y de huir, que se vuelve complejo por:

  • Miedo a las represalias: la separación es un período de riesgo de agravamiento del maltrato y es el principal motivo de muerte.
  • La ansiedad de lo desconocido: a veces hay que empezar de nuevo y ser completamente independiente.
  • Dependencia financiera: cuando el socio tiene control sobre todos los recursos.
  • El miedo a no encontrar vivienda: especialmente si los niños son parte del hogar.
  • Aislamiento y estigmatización social: por falta de apoyo de los seres queridos o miedo a ser juzgados por ellos.
  • El amor por el otro y la esperanza de ver cambiar la situación.

Paso 3: Romper el aislamiento establecido por el cónyuge violento confiando

Hablar es fundamental para lograr huir de la violencia en la pareja. El agresor tenderá a aislarte físicamente de tus seres queridos y alejarte de cualquier relación social, llegando incluso a hacer que abandones tu actividad profesional.

Círculo familiar, amigos, colegas: expresar tu experiencia te traerá un inmenso alivio. Garantizar el apoyo es importante, especialmente si está considerando dejar el hogar o separarse.

Ya sea para informarte sobre tus derechos o para protegerte, hablar con alguien de confianza sobre lo que estás pasando a diario te ayudará a seguir adelante y salir adelante.

Romper el silencio también es una forma de protegerse durante futuros eventos violentos. Hablar sobre su situación con personas que lo apoyen le permitirá prepararse, sobrellevar la situación y buscar ayuda.

Por ejemplo, juntos podréis establecer un código de comunicación (una palabra clave, un dibujo en vuestra mano, etc.) con los que os rodean, que avisará a los servicios policiales. Prepare una bolsa con efectos personales (papeles, dinero, llaves de repuesto, etc.) que se mantendrán con su ser querido.

Si no es posible hablar con tu familia sobre tu situación, puedes contactar con voluntarios y profesionales de asociaciones que ayudan a hombres y mujeres víctimas de violencia en la pareja, o llamando a las líneas de ayuda. gratis y anónimo.

También tienes la opción de contactar con un trabajador social a través del ayuntamiento de tu municipio. Si esto es posible, no dudes en contactar con un psicólogo especialista en violencia doméstica.

Bueno saber

213.000: es el promedio de mujeres de 18 a 75 años que son víctimas, cada año, de violencia doméstica perpetrada por el ex o actual cónyuge (esposo, pareja PACS, pareja, novio).

Los hombres también son víctimas de violencia dentro de la pareja: en 2019, 173 víctimas de violencia doméstica murieron bajo los golpes de su pareja, 27 eran hombres.

Paso 4: denunciar y registrar la violencia

El cuarto paso para salir de la violencia doméstica es construir un caso contra la esposa o el esposo violento, para que se notifique el abuso. Sea cual sea tu decisión (salir, separarte o quedarte), las pruebas contra tu pareja te permitirán obtener una mejor protección.

Tiene derecho a presentar una denuncia en la comisaría de su elección. La presentación de una denuncia da lugar a la grabación de un informe que se enviará a la fiscalía y el acusado será oído por la policía. Es el magistrado quien optará por procesar o cerrar el caso. No está obligado a presentar una queja, sin embargo, es posible que se deban considerar acciones legales para garantizar su seguridad y la de sus hijos, si los tiene.

El procedimiento iniciado a raíz de la denuncia requerirá elementos. Por eso es fundamental la constitución de un archivo con testimonios de su entorno y pruebas (fotos, mensajes, grabaciones, certificados médicos, etc.). Todas estas pistas corroborarán tus declaraciones y te permitirán demostrar la violencia doméstica de tu pareja.

Si no desea presentar una denuncia, asegúrese de dejar constancia de los hechos mediante la presentación de un pasamanos. Salvo que los hechos sean reconocidos como de extrema gravedad, no se iniciará acción judicial. Pero más adelante podría ser útil.

Paso 5: Hacer un plan de salida del domicilio conyugal

Tiene derecho a irse si su cónyuge es violento. Dejar a la persona es un nuevo paso para escapar de la violencia de pareja de la que eres víctima. Ya sea que viva o no con la persona, es crucial pensar en las medidas antes de irse, para usted, pero también para sus hijos, si los tiene.

Incluso si decide quedarse por ahora, comience a pensar en su plan de salida. Para preparar su partida de la mejor manera posible, puede ponerse en contacto con profesionales: solicitando asociaciones, pasando por un trabajador social o llamando a un abogado. Estas personas podrán orientarlo en términos logísticos, financieros y psicológicos. El abuso está mal y usted tiene derecho a buscar seguridad frente al peligro.

Cuando haya tomado su decisión, acérquese a las personas en las que confía a su alrededor.
Estos seres queridos podrán ayudarlo, recogerlo y apoyarlo en los momentos posteriores a su partida. Si nadie puede acogerle, es posible ponerse en contacto con los centros de acogida locales, los centros de alojamiento de emergencia o solicitar vivienda a los propietarios sociales.

Se puede solicitar una orden de protección al juez de familia para que establezca medidas de protección por un período de seis meses, incluida la asignación del domicilio.

Es importante no advertir a su cónyuge abusivo del proceso. Salir en su ausencia, o de forma discreta. Si no viven juntos, no le cuentes tus planes de ruptura. Denuncia tu salida del hogar a la gendarmería o a la policía, especialmente si tienes hijos, con el fin de certificar que los motivos de la salida o separación están vinculados al maltrato doméstico que estás viviendo.

Una vez que se haya ido y esté a salvo, cuando se resuelvan las primeras formalidades, entonces viene la etapa de su reconstrucción.

Paso 6: cuidarse y reconstruirse después del abuso conyugal

Reconstruir después de una relación de control y violencia es parte integral del viaje para salir de este infierno para siempre.

Has conseguido hacer la parte más difícil saliendo de casa o cortando los lazos con tu expareja. Cuando estés listo, es hora de cuidarte.

Todo tu cuerpo está dañado, tu corazón está magullado, tu psique y tu mente están debilitadas. Puede estar padeciendo síntomas relacionados con el maltrato físico que ha sufrido, sin embargo también pueden aparecer signos de trastornos psicológicos como el trastorno de estrés postraumático, común en víctimas de violencia y tortura.

Además, después de dejar el hogar violento, la disociación traumática se desvanece y las emociones que habían estado silenciadas resurgen, la violencia soportada durante todo este período regresa luego con toda su fuerza. Por lo tanto, es normal que la condición se deteriore en vista del trauma sufrido. Es por esto que la ayuda de los profesionales de la salud es fundamental.

Reconstruirte pasará por varias fases: en primer lugar por la recuperación de tu identidad, de tu personalidad, pero también por la planificación progresiva de nuevos proyectos y objetivos. Volverás a aprender a escucharte, a respetarte y a satisfacer tus necesidades, a cuidarte.

Vive sin tener miedo constantemente, vive pudiendo expresarte, reír y opinar, vive en contacto con los demás, vive exponiendo tu cuerpo como quieres, vive como quieres.
Encontrarse física y mentalmente, redescubrirse para lograr reconstruirse después de haber sufrido tanta violencia, es un camino que llevará un poco de tiempo.

Sin embargo, con el apoyo de profesionales capacitados con los que te sientas seguro, este trabajo de resiliencia se hará más fácilmente. Dejándose guiar, y obteniendo claves y consejos para seguir adelante, el psicólogo le acompañará a deshacerse de los mecanismos de control en los que aún puede sentirse atascado.

Hipnosis, técnicas de sofrología, EMDR… tantas herramientas terapéuticas que el practicante utilizará para guiarte en tu sanación mental.

Si sufres de anorgasmia o pérdida del placer sexual, la terapia sexual puede ayudarte. Gradualmente encontrará formas de calmarse y lidiar con sus emociones. Reconstruirás tu confianza en ti mismo y tu amor propio.

¿Cómo ayudar a una víctima de violencia doméstica?

Si una víctima de violencia doméstica te confía, es fundamental escucharla activamente, sin juzgar, de manera benévola, utilizando, por ejemplo, técnicas de reformulación. Una persona que se dedica entrega su palabra y su experiencia es una inmensa garantía de confianza.

  • Evite ser inquisitivo, hacer demasiadas preguntas directas o dar órdenes judiciales.
  • No compartas tu punto de vista, trata de aceptar los elementos y la información que te dé sin juzgar.
  • Dígale que le cree, no la cuestione negando sus palabras o minimizando los hechos.
  • Dígale también que ella no es responsable de la situación y que su cónyuge no tiene derecho a hacerlo.
  • Explícale que la estás escuchando totalmente y que puede contar contigo cuando sienta la necesidad.
  • Sea paciente, porque el camino para salir de la violencia doméstica a veces es largo.
  • Es absolutamente necesario respetar los deseos de la víctima, si por ejemplo, ella no quiere irse o presentar una denuncia.
  • Puede aconsejarle que consulte a un médico para que observe la violencia y lo acompañe con su consentimiento.
  • También puede apoyarla en sus esfuerzos, escribir un testimonio si ha sido testigo o ayudarla a prepararse para dejar el hogar conyugal.

Si presencia una situación de emergencia, debe comunicarse con el para que la policía pueda intervenir.

Recordar

El autor de violencia conyugal se esfuerza por controlar y dominar a la víctima, llegando a provocar una verdadera aniquilación psíquica de su pareja, impidiéndole tomar decisiones o actuar en su defensa.

Es posible liberarse de este control, dejar un hogar de violencia y un cónyuge abusivo.

Planificar la salida de la vivienda o de la relación requiere ciertos pasos y el apoyo de familiares o profesionales será un facilitador. Seguirá entonces un verdadero período de convalecencia psíquica, que conducirá a un trabajo de resiliencia y de auto-reconstrucción.

Bibliografía

https://www.justice.gov/ovw/domestic-violence
https://www.cdc.gov/violenceprevention/intimatepartnerviolence/index.html
https://www.psychologytoday.com/us/basics/domestic-violence
https://eclkc.ohs.acf.hhs.gov/es/publicacion/que-es-la-violencia
https://myhealth.ucsd.edu/Spanish/RelatedItems/85,P04668
https://www.ctcadv.org/espanol/aprender

nota legal

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